La Ermita de San Saturio

 La Ermita de San Saturio es uno de los parajes mas bellos e impresionantes de la ciudad de Soria.

Construida a finales del S. XVII y principios del XVIII, sobre una gruta en la que vivió 10 siglos antes el anacoreta San Saturio, patrón de Soria.

ESta ermita es la imagen mas emblemática de Soria, situada en un paraje excepcional a orillas del río Duero, en un entorno único, camino de San Polo, qu ha inspirado a Machado, Bécquer y Gerardo Diego.

Por fuera es extraordinaria, y dentro, alberga arte y encanto

!! No dejes de visitarla¡¡


Si vienes a visitar la ciudad, no puedes perdertela.

San Saturio

Santuario Soriano


Un espejo infinito

sin bordes ni limites:

Arboles historia y agua

refleja un paisaje con sueño

pretendiendo solo calma


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Las riberas del Duero

hablan con hombres viejos y nuevos;

cantaron los poetas de otros tiempos

canciones de amor entre

piedras y recuerdos


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San Polo, vieja tierra templaria

donde vivieron los monjes

luchando con cruz y espada


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Cálido y frio el paisaje se enciende,

entre colores amarillos, la tarde prende

y el otoño amanece;

canta una alondra, que quiere ser madre

de atardeceres callados


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Fe, y la ermita que hoya

las agrestes cumbres

 en la augusta roca


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Entre seria y austera,

milagrosa, pensativa y fiera,

la vida muere y empieza

reza sin hacer ruido

y duerme en callada pena


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Algún poeta la cantó.

Una mujer castellana

en silencio la observa,

cuando por aquellos lares

surge la mañana bella


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La sierra Santana sueña

que el sol le lame los pies

y la falda y la ladera,

mientras el rio suena

en su eterna duermevela


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Una hoja se ha dormido

en la serena chopera

y en un charco se refleja

el cielo, la nube, la iglesia

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Todo duerme en el paseo;

Desde los arcos antiguos

hasta la verde vereda.

Un anciano camina

escondido en su grandeza


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Vuelve el invierno cansado

y el hielo ocupa su trono,

el lecho del rio quiere

ser testigo de su entorno


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Larga vida y hospitalaria

a los indomables hombres

de las reconquistadas tierras cristianas,

batallas tan sangrientas

que aun repican las campanas


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Silencio y aromas frescos

¡callad y dejad que hablen

las leyendas y el paisaje,

el santo, los estorninos,

y los gorriones del aire!


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La gente anda despacio,

muy bajito y sin orgullo

cantan los pájaros graves


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La mirada se pierde

en los siglos de mucho antes

mientras la primavera quieta

hace su nido en la tarde


¡Dejad que hable la tierra

y la gente de raigambre!


Ana Mª Mateo















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